martes, 13 de mayo de 2008

La lira popular: noticiero del pueblo

La historiadora del arte Carolina Tapia presentó este viernes 9 de mayo un valioso estudio sobre las liras populares en Chile, que permitirá a los nuevos investigadores seguir descubriendo el enorme valor histórico y patrimonial que ellas contienen.

La lira popular fue una expresión cultural de considerable fuerza en parte del territorio chileno, sobre todo en los sectores más pobres de Santiago. Este tipo de literatura que se publicaba en grandes hojas se posicionó durante el siglo XIX y principios del siglo XX como un referente válido para enterarse de los sucesos cotidianos; era el espacio que tenían los poetas populares de la época para opinar (e informar) sobre diferentes temáticas -crímenes, desastres, situaciones políticas contingentes- en forma de décimas. En los kioscos de antaño gozaban de gran reputación y se vendían, en lenguaje de hoy, “como pan caliente”.

Otra de las “gracias” de estas gigantescas páginas era que incluían ilustraciones en la parte superior que reforzaban el contenido del texto. El problema de estas obras –conocidas también como “literatura de cordel” porque en Europa los vendedores ofrecían los pliegos colgados de una cuerda a un poste o un árbol- era que carecían de las fechas de impresión, lo cual impedía un análisis comparativo más “científico”; por ejemplo, la relación entre el periodismo formal y esta manifestación de clara raigambre popular.

Por esta razón, el trabajo de la historiadora del arte Carolina Tapia resulta digno de elogio. Lo que hizo esta estudiosa fue tomar una de las tres colecciones que existen en el país, donada a la Biblioteca Nacional por el filólogo alemán naturalizado chileno Rodolfo Lenz (1863-1938) y datar la mayoría de estos versos que por equis motivo no contaban con las fechas, pero sí con los nombres e inclusive el domicilio de sus autores, entre ellos Rosa Araneda, Juan Bautista Peralta, Daniel Meneses y Bernardino Guajardo, cuatro de los poetas populares más reconocidos de la época.

Cinco años de abnegada labor más el apoyo de un Fondart que ganó el año 2007 le permitieron terminar de muy buena manera su investigación, cuyo resultado fue un CD-ROM con toda la información recogida y una exposición que tuvo lugar este viernes en la Sala América de la Biblioteca Nacional.

Para lograr su objetivo, Carolina Tapia se preocupó de buscar rigurosamente en la prensa de aquel período cada uno de los hechos que motivaban la impresión de estos pliegos que se comercializaban en ferias, mercados, estaciones de ferrocarriles y, en general, en lugares apartados de Santiago y otras ciudades de Chile.

La profesional dijo este viernes que logró datar el 73 por ciento de las hojas de la prestigiosa Colección Lenz y también agradeció la ayuda prestada por Micaela Navarrete, Jefa del Archivo de Literatura Oral y Tradiciones Populares de la Biblioteca Nacional y una de las personas que más ha bregado por dimensionar el aporte cultural de estos versos.

El único reparo quizás sea el paralelo un tanto apresurado que hizo Tapia entre estas liras populares –bautizadas de esta manera por el poeta Juan Bautista Peralta a modo de sátira contra una revista de carácter “culto” llamada Lira Chilena- con el diario La Cuarta. Sin embargo, su apuesta es una notable contribución y estímulo para que otros investigadores sigan profundizando su mirada sobre estas piezas patrimoniales de inobjetable calidad, pero que habían sido hasta nuestros días “ninguneada” por la elite académica.

2 comentarios:

Milay dijo...

...Y que íronia que hoy asimilemos las enormes páginas al mercurio...

Jose Miguel dijo...

Los papeles colgados podrían tomarse como medio impreso y compararse con un diario en su forma, más como fin, eran una manera útil de preservar la palabra. Esta se transmitía en primera persona de preferencia, considerando que se dirijía a un pueblo no precisamente alfabetizado.Por ello la lira está mas ligada al canto popular que los medios de comunicación, mas cercana a "Preguntas por Puerto Montt" o "Arauco tiene una Pena" que a cualquier pliego fascista. Creo.